Pese a los lineamientos existentes de la “política de salud mental” operante, surge un cuestionamiento básico, ¿qué tanto un estudiante de ciencias sociales y humanas, ya sea psicólogo, psiquiatra, antropólogo, filósofo, etc., manejan o incluyen en su quehacer la salud mental? La ironía es bastante notable, en la medida que si se recibe un título para interactuar con personas en situación de vulnerabilidad física, psíquica, el tiempo dedicado a la formación real en salud pública, especialmente la salud mental, es poco: De diez semestres cursados, solo un semestre y un área electiva, no obligatoria y supeditada a un número de créditos para poder responder a un rendimiento académico, es abordada. Parece ser que el área de la salud mental, pasa a ser un adorno en un pensum universitario, y que aquellos y aquellas que se interesan por saber, indagar y preguntar, están profundizando en un conocimiento “novedoso”.
El flujo informacional actual es basto, y se puede tener acceso a bases de datos y producciones importantes, donde otros países son abanderados en la materia de salud mental y aun así resulta difícil creer que no se avale y apoyen procesos y se brinden conocimientos necesarios para dar paso a investigaciones nacionales.
Los claustros universitarios son primordiales para sembrar inquietudes en las personas que ingresan a ellos y desean obtener una cosmovisión en alguna carrera, y así se logran grupos de investigación, revistas, publicaciones nacionales e internacionales, pero esto solo sucede si las personas que visitan estos claustros se creen su labor, su quehacer y la utilidad de la producción conceptual y práctica, esto implica navegar y dar formación de acuerdo a unas necesidades sociales. De aquí la importancia de reevaluar pensum, de renovar algunas maneras clásicas de la enseñanza, para dar paso a la generación de otra clase de inquietudes que obliguen a docentes y estudiantes a pensar y actuar en la realidad respondiendo a los retos que esta propone.
Por tanto, no puede ser un asunto del orden de lo nuevo responder a la pregunta “qué es salud mental”, si el objeto de la carrera de ciencias sociales responde precisamente a la mente; la pregunta va, de manera insistente a los esfuerzos que se realizan para visibilizarla, ponerla a funcionar en el lenguaje y verla actuar en planes y proyectos que la generen.
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